EUROPA
PRESS
30 julio
2018
Abren
la puerta a un posible nuevo tratamiento para el Alzheimer
Un equipo colaborativo de
neurocientíficos e ingenieros en Virginia Tech y la
Universidad de Virginia (Estados Unidos) han identificado una nueva diana
cerebral que podría ser útil en el tratamiento del Alzheimer y del deterioro
cognitivo.
En concreto, los expertos, cuyo trabajo ha sido publicado en
la revista 'Nature', han demostrado que los vasos
linfáticos meníngeos en el cerebro juegan un papel esencial en el mantenimiento
de una homeostasis saludable en cerebros envejecidos, lo que, a su juicio,
podría ser un nuevo objetivo para el tratamiento.
"Nuestros resultados muestran que algún día este método
podría usarse como un tratamiento potencial no sólo para ayudar a aliviar los
efectos no del Alzheimer sino también de otras enfermedades cognitivas
relacionadas con la edad", ha aseverado, coautora del estudio, Jennifer Munson.
Y es que, los expertos han encontrado que estos vasos drenan
líquido del sistema nervioso central a los ganglios linfáticos cervicales y que
la disfunción de ese drenaje agrava el deterioro cognitivo y la patología de la
enfermedad de Alzheimer.
Además, cuando los investigadores trataron a ratones sanos
de edad avanzada con una molécula que aumentaba el tamaño del vaso linfático
meníngeo y el flujo de líquido dentro de esos vasos, estos animales mostraron
un mejor rendimiento en tareas de aprendizaje y memoria.
"A medida que envejecemos el movimiento de fluidos en
nuestro cerebro disminuye, a veces a un ritmo que es la mitad de lo que era
cuando eras más joven. Descubrimos que las proteínas responsables del Alzheimer
en realidad se drenan a través de estos vasos linfáticos en el cerebro junto
con otros desechos celulares, por lo que cualquier disminución en el flujo va a
afectar la acumulación de proteínas", han explicado los investigadores.
Para ver si ese flujo podía ser manipulado, diseñaron un hidrogel que contenía una molécula conocida como factor de
crecimiento endotelial vascular C o VEGF-C. Este hidrogel
difunde VEGF-C a través del cráneo y en los vasos linfáticos en el cerebro, lo
que hace que se hinchen. Gracias al uso de la tecnología de resonancia
magnética demostraron que, como resultado de este tratamiento, el flujo masivo
de líquido en el cerebro en realidad aumentó, lo que pareció tener un efecto
positivo en las capacidades cognitivas.
Finalmente, los científicos observaron que los ratones más
viejos con habilidades cognitivas normales, con problemas de edad
experimentaron los mayores avances en la memoria y aprendieron del tratamiento.